Alex Abreu vive enfocado en ganar y no en las estadísticas

Por Emmanuel “eMMa” Márquez

Seguramente, en el chat de Whatsapp que tienes con tus amigos para hablar de deportes, nunca mencionan a Alex Abreu entre los mejores armadores en el BSN. Y es que en una era donde lo que define tu valor como jugador es la cantidad de seguidores que tienes en la redes sociales, inclusive un cinco veces Todos Estrellas, campeón nacional y medallista de oro con la Selección Nacional, puede pasar por desapercibido.

Específicamente ese el caso de Alex Abreu, armador de los Santeros de Aguada que como mínimo, te ofrece la garantía de salir a competir todas las noches por 40 minutos sin importar el rival ni la camiseta que lleve sobre los hombros. 

Pero ni siquiera eso es suficiente para que Abreu, quien ha jugado como profesional en Francia, Venezuela, México y República Dominicana, -siendo exitoso en todas ellas- siga estando entre los jugadores más subestimados en el baloncesto boricua. 

“Vivimos en un momento donde las estadísticas y videítos en Youtube y en Instagram son los que mandan”, explicó Abreu en entrevista con Frecuencia eMMa”.  Yo creo que como no promedio tantos puntos necesariamente y estoy en un equipo de mercado pequeño, pues he sufrido un poco”. 

BSN

Ciertamente, el armador de 32 años y 5’10 de estatura tiene un argumento válido cuando habla de su producción ofensiva que ronda los nueve puntos por juego desde que llegó al BSN en 2015. Sin embargo, su promedio en asistencias supera las cinco por partido desde entonces, sumado a otras intangibles de liderazgo y dirección desconocidas para quienes miden el juego en X y 0’s. 

Por otro lado, tras alcanzar el pico de su carrera con el campeonato de 2019 en Aguada, Abreu admite que sufrió el embate de una relocalización de franquicia que interrumpió el ritmo de desarrollo para el núcleo de jugadores y lo que venía convirtiéndose en una tradición de pueblo gracias a una ferviente fanaticada Santera. 

“Al movernos a Fajardo después del campeonato, creo que no cogí el auge que se suponía porque Fajardo no tenía el seguimiento de la liga ni de la fanaticada como Aguada. Creo que me apagué un poco en ese sentido después de haber ganado. Para mí fue un choque cultural. Yo vengo de ganar en Aguada, de tener la mejor fanaticada a parecer que no estaba en el BSN”, sostuvo el jugador de mayor progreso en 2016. 

BSN

Pero Abreu es un ganador, un obrero del juego. Lo ha sido desde que debutó con los Maratonistas de Coamo en 2015. Siempre encontrando la manera en la cual evolucionar como jugador. Uno de los mejores ejemplos fue en el 2020 cuando, sumergido en la incertidumbre mental producto del encierro por  la pandemia por Covid 19, decidió realizar un cambio físico que elevó su nivel de juego, el cual mantiene hasta el día de hoy. 

“En el corona virus aumenté unas libras, porque no estaba entrenando y me encontraba algo lesionado”, manifestó Abreu. “Sentí que me estaba apagando un poco, que no estaba sonando. Llegué a un punto en mi vida donde estaba cayendo como en una pequeña lucha mental y decidí que tenía que cambiar algo y cambié todo. No simplemente mi rutina alimenticia, pero toda mi rutina de vida, la forma en la cual veía las cosas y decidí ser otra persona y volver a empezar desde cero. Olvidarme de lo que había hecho y no dejar que el ego me dominara”.

Ni siquiera la falta de exposición o atención pueden desviar el enfoque de Abreu. Su prioridad es el bienestar del equipo y no los intereses personales. Su norte es competir y ganar está incrustado en su DNA. Queda del fanático separar la paja del trigo. Abreu, por su parte, está claro en su visión. 

“Yo vengo de una cepa de jugadores que no se crió con los videítos, ni highlight tapes, ni Ball is Life. No había Instagram. Yo creciendo, el mejor jugador era el del equipo campeón, no era el más que promediara puntos. Tu puedes promediar 40 [puntos] en el equipo malo y no estás ganando. Para mí el mejor es el que gana y yo he dedicado mi carrera a ganar”, sentenció el armador. 

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